Camino de Santiago (II): Santo, perro peregrino.

Santo es un precioso Rottweiler que ya ha conseguido la “Compostela”.  Gabi e Inés han tenido la gentileza de compartir con nosotros sus impresiones y nos dan algún consejo práctico para los que haremos el Camino con nuestro perro.

Como nuestro veterinario sugirió en el anterior post, Gabi destaca la importancia del entrenamiento:

“Antes de enfrentarse a una aventura en la que perro y dueños se encontrarán en diferentes tesituras, es muy importante la preparación del perro para la misma”.

Descanso
Santo y Gabi descansando en una etapa del Camino.

“Mi propia experiencia me dice que si no queremos ver truncadas nuestras ansias de llegar a Santiago, lo que más debemos de cuidar son las patas de nuestro amigo. 15 días antes de empezar nuestro camino me dediqué al endurecimiento de las almohadillas de sus patas, empapándolas todos los días en zumo de limón; fue un consejo que me dieron y funcionó, con lo cual yo os lo aconsejo ahora. Para las etapas más duras, también contaba con botas de cordura, que aun pareciendo que lo incomodan, con el tiempo el mismo te las va a reclamar, sobre todo donde hay muchas piedras sueltas.

Ahhhhhhh! Dando por descontado, que el perro debe estar en un perfectísimo estado de forma física, ya que en nuestro caso, llegamos a hacer etapas de 51 km”.Caminando

Santo es un perro acostumbrado al ejercicio y de complexión atlética y a pesar de su condición natural y su entrenamiento previo, Gabi e Inés siempre procuraron no forzarle y descansar cada hora como cuidado preventivo.

Para ellos fue importante organizar la logística para no verse obligados a improvisar o verse sin alojamiento, así que en ocasiones optaron por una tercera vía a los albergues o pensiones. Para asegurar su alimentación, Santo portó su propia comida en una alforja.

Descansando.
Santo en pleno descanso.

“Llamamos a los albergues para avisar de que viajamos con una mascota, y no pequeña, aunque en nuestro caso a veces dormíamos en tienda de campaña. Es importante también la buena socialización del  animal,  y más en nuestro caso que se trata de un P.P.P.

Santo, Inés y Gabi. Equipados en plena etapa.
Santo, Inés y Gabi. Equipados en una de las etapas.

La comida del animal no fue un problema, ya que en nuestro caso el portaba su propia comida, que no era más que un pienso de gama alta, completando la dieta en alguna ocasión con algún snack extra”.

Los animales saben gestionar de forma extraordinariamente eficiente su energía y Gabi fue testigo de cómo Santo se fue adaptando a las condiciones del viaje.

Camino
“Es impresionante cómo el perro se transforma a lo largo de las jornadas siendo al principio un simple paseo para el: se detiene, corre, va y viene, salta…. y al cabo de los días el perro entra en modo trabajo, y aprovecha sus energías al máximo y optimizando mucho sus tiempos de descanso”.

Inés y Santo.
Inés y Santo.

“Para nosotros fue una experiencia súper bonita ya que además de convivir con un animal espectacular, que respondió al 100% siempre, fue la mejor experiencia como pareja”.

Misión cumplida! : Gabi, Santo e Inés en el Obradoiro.
Misión cumplida!

Inés y Gabi son de Santiago de Compostela.

 

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